El Estrés por definición, es una respuesta psicológica de adaptación frente a una situación impuesta que sobrepasa los recursos y estrategias de gestión de los que dispones. Esto siempre es nefasto para la salud psíquica y física, sobre todo cuando es intenso y duradero.
Para el cerebro, el estrés es sinónimo de peligro de muerte (en alguna escala), ya que para la naturaleza tan solo se trata de esto. Cuando estas estresado, tu cerebro cree que estas siendo atacados por un depredador, cuyo tamaño y ferocidad fijará la intensidad del estrés.
Según Edwin Blalock, los estresantes mentales agudos de la actualidad son: los exámenes académicos, Ingresar al hospital, los pre-operatorios, la notificación de enfermedad grave, la exposición a fobias, hablar en público, los compromisos sociales importantes y la amenaza a la integridad física (robo u asalto). En cambio, los estresantes crónicos son: la pérdida de un ser querido, la pérdida de un bien material de valor, una separación y/o divorcio, las peleas maritales, la enfermedad de un ser querido y en particular la del esposo/a, cuidar un demente, cuidar un minusválido, el estrés académico, el proceso de un niño comenzando la escuela, el desempleo, el estrés en el trabajo, cuidar bebé de bajo peso, esperar un trasplante, haber participado en una guerra y particularmente la vivencia de soledad y la falta de hogar.
El Dr. Loyd explica lo que pasa a nivel celular usando la metáfora de un buque de guerra que sale a la batalla. Lleva guerreros, armas y provisiones para pelear tanto como pueda. Pero qué ocurre si, por mantenerse peleando, este buque no puede regresar al puerto cada tanto tiempo a cargar provisiones y descargar todos los desperdicios, pues morirá ya no por la guerra, sino, de inanición o intoxicación, en fin, colapsará. Eso es el estrés, una bomba de tiempo interna.