¿Qué duele y qué significa?

 

Cuando el cuerpo humano presenta un síntoma físico, hay una vinculación emocional que le está indicando a la persona que hay un tema interno que solventar.

La Bioenergética ayuda a mirar el nexo que hay entre los signos que se presentan y su relación con el mundo interior del paciente.

El cuerpo físico de una persona almacena y contiene mucha más información de la que se puede observar a simple vista. Incluso, la salud de un organismo vivo no sólo está vinculada al funcionamiento adecuado de sus órganos, sino al manejo de sus emociones.

El cuerpo y las emociones están relacionados intrínsecamente. En el primero, se pueden manifestar las alteraciones del mundo emocional; y según como cada individuo maneje sus emociones, habrá síntomas o no en la parte física.

Si una persona manifiesta su emoción reaccionará con salud, en cambio, si no sabe cómo pedir afecto o distancia o aquello que le sea significativo, entonces, los problemas comienzan a aparecer y la salud se ve comprometida. La salud es un estado constante de búsqueda y consecución de un equilibrio entre lo que sientes, lo que piensas, lo que dices y lo que haces aunado con tu experiencia espiritual.

Llegan los síntomas son un llamado de atención de tu cuerpo, son una sacudida que te hace tambalear y perder el equilibrio por un momento. Es tu inconsciente diciendo en su idioma, necesitas hacer un ajuste.

A mi parecer es de suma importancia diferenciar la salud orgánica y la social. En la primera, el organismo toma del ambiente lo que le sirve y se nutre. Lo que no le sirve, lo excreta. En la segunda, la persona toma del ambiente lo que le nutre, pero no puede eliminar todo lo que desea por condicionantes sociales, por atender el deber ser, porque hay cuentas que pagar o por no someterse al rechazo social; entonces se queda con mucho de lo que no le sirve

En el proceso de socialización y educación del individuo, el cuerpo es reeducado y aprende a no extraer de su organismo aquello que no le sirve. Preferimos funcionar bajo la visión de la salud social, de lo que es correcto.

Tradicionalmente la medicina alopática se concentra a adormecer a los síntomas en vez de atender su verdadera causa, como si, un antigripal curara esa sensación de tristeza que subyace de fondo… y no, sólo quita la fiebre y ayuda con algunos síntomas.

Curiosamente, tendemos a tratar mejor a nuestros carros que a nosotros mismos. Me explico, imaginen que venimos manejando y se enciende la luz del tablero indicando que el carro necesita gasolina. ¿Qué haces normalmente en esa situación? Sencillo, vas a una estación de servicio y pones gasolina. Pero la medicina alopática lo que hace es romper el bombillo para que esa “alarma” no te llame de nuevo la atención… eventualmente te quedarás sin gasolina, aunque el bombillo esté roto, al igual que el cuerpo manifiesta otros síntomas si no atiendes la base del problema.

Si existe un bloqueo energético en la persona, éste quedará fijo en el cuerpo y a la vez moldeará su carácter o personalidad. Es decir, cada persona en función a como fue criado, aprende a expresar algunas emociones y a bloquear otras. De la misma manera, aprende como enfermar o estar sano.

Cuando se trata de las dolencias físicas, es importante mirar los síntomas, cómo afectan al paciente y cómo se vinculan con su entorno y sus relaciones.

En este sentido, si una persona enferma en soledad es porque extraña a otro significativo. Si presenta síntomas estando con otros, es porque las relaciones no son sanas para él. Detrás de toda patología, hay una relación en déficit. Incluso, puede decirse que lo amenazante puede ser asumir el vínculo.

De acuerdo al abordaje en Bioenergética, dos principios fundamentales rigen y explican los síntomas que se manifiestan en los seres humanos.

El primero, es el principio de lateralidad. En el lado izquierdo (lado del corazón) se reflejan las relaciones familiares significativas: padre, madre, hermanos, hijos. En el caso del lado derecho, se muestran las sociales: vecinos, pareja, amigos, trabajo. Esto quiere decir, que dependiendo del lado donde se presenta el síntoma, habrá que revisar una vinculación familiar o una social.

El segundo principio es el de verticalidad, según el cual en cada zona del cuerpo se reflejan diferentes aspectos. En la cabeza, se mira lo abstracto, las ideas, lo fantástico. En esta parte del cuerpo tengo mi identidad, mi ego, mi imagen.

Los síntomas entre cuello y cintura, pueden estar vinculados a la vitalidad y a los afectos. Allí tengo los órganos que necesito para estar vivo, como el corazón y los pulmones. Entre la cintura al vientre (parte baja del tracto digestivo), se manifiestan los temas que tienen que ver con grandes miedos y los desechos, eso que no sirve o no es nutritivo, eso que debe permanecer poco tiempo en el cuerpo.

Los temas de identidad sexual, pasión, capacidad de trascender, miedos y profundos sentimientos se manifiestan en la zona de los genitales.

Las piernas hablan del soporte, el contacto con la realidad y con lo concreto. Mientras que los brazos son los que le permiten a las personas proyectarse al futuro, sin perturbar si equilibrio. Con ellos, se puede colocar distancia o acortarla.

Según a la parte del cuerpo donde se presenta el signo, habrá una explicación emocional para el mismo. Brevemente para biodecodificar:

  • Pie: habla del apoyo, soporte, contacto con la realidad y equilibrio.
  • Tobillo: cómo vinculo mis expectativas con la realidad.
  • Pantorrillas: vinculado a lo que yo espero de mí mismo.
  • Muslos: tiene que ver con los demás esperan de mi o lo que yo creo que los demás esperan de mí.
  • Rodilla: tiene que ver con cómo articulo las expectativas externas y las internas.
  • Caderas: soporte, creencias básicas, sexualidad, potencia y capacidad. Mis pasiones
  • Prolapso de bajo vientre: reconcomios, temas no resueltos.
  • Espalda: en esta parte, se refleja la historia de vida del paciente, desde la cadera hasta la séptima vertical. En la cadera, se encuentra el día de nacimiento. Y en la cervical, el presente.
  • Pecho: afectos y vitalidad
  • Corazón: problemas emocionales básicos, de afectos primarios
  • Cuello: relacionado con el control y con conciliar lo que se siente y se piensa.
  • Brazos: limites, protección y mi forma de articular las distancias
  • Garganta: comunicación e incorporación.
  • Dientes: como asimilo al mundo y la agresividad
  • Rosto: identidad
  • Frente: tiene que ver con cómo la persona enfrenta el mundo.

Según los síntomas más habituales

  • Gripe o resfrío: llanto interno. Se presente cuando no la persona no se da el permiso a llorar o no puede manifestar ciertas realidades o ante la tristeza por la sensación del falta de afecto.
  • Dolores de cabeza: se resume en pensar, pensar, pensar y no hacer lo que se necesita.
  • Dolores musculares en la zona del trapecio: está vinculado a las responsabilidades. La persona se echa el mundo encima. Rabia acumulada
  • Dolores musculares en la zona lumbar: vinculado a no querer ceder o ser inflexible. No querer doblegarse.
  • Infarto: habla de cómo la emoción pudo más que la persona.
    • Cáncer: el trasfondo es la desesperanza. Cuando hacer más de lo mismo ya no le sirve a la persona.
    • Cáncer de seno izquierdo: frecuentemente aparece cuando se presenta el síndrome de nido vacío (los hijos se marchan del hogar) o cuando tienes
    • Cáncer de seno derecho: vinculado a problemas con la pareja que se tiene o la idealizada.
    • Cáncer cuello uterino: problema con lo femenino, con la maternidad, con el concepto de fertilidad y trascendencia.
    • Cáncer de próstata: problemas con la imagen del hombre, lo masculino y el rol de proveedor. Con la potencia

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